De como reír con vos, era tan natural.

miércoles, enero 4

crash into me

El colectivo iba rápido, lo suficiente como para desordenarle el cabello y hacerlo sentir en libertad. Eso era lo bueno de los colectivos mañaneros luego de una muy buena noche bailada. La rubia que lo había llevado al centro de la fiesta, debajo de la espuma, y el vestido negro pegado a su cuerpo. Y él, en la Gloria. Era tan fácil satisfacerlo, y por eso ellas lo llamaban sencillo, por ser tranquilo, por no inquietarse y no pedir de más. Y veámoslo de su lado, ¿quién puede negarse a polleras cortas y tacos altos?
Evan tenía dieciocho años, y pensaba disfrutarlos al máximo. Que veía la vida como un reloj enorme que lo apuraba, pero él no se sentía apurado, sino incentivado a hacer todo ya, sin cuestionarse. "Live fast and die young."
Y era en el colectivo donde se ponía a reflexionar, y daba un stop a su vida atolondrada y sonreía ante la vida que llevaba. Y así sentado cómodamente en el anteúltimo asiento del colectivo casi desierto con la excepción de un vagabundo borracho, la vio subir por primera vez. Ella, locura en persona. El nombre de Juana le sentaba a la perfección, más que su nombre real que él desconocía pero moría por averiguar. Conocerse, es como atravesarse el alma con los ojos y decir: te vi en sueños.
La cámara en manos de él, llamó la atención de ella, quien de improvisto y de su cartera microbio sacó un trípode que complementaba la Nikon en manos de Evan. Era de ensueño.
Ella se le sentó detrás y le susurró al oído:
- Te has atravesado en mí.
Y él no llegó a darse vuelta que ella lo tomó de la mano y bajaron corriendo a la próxima parada sin respirar, ella riendo, él atónito y el chófer gritando porque claramente ella no había pagado su boleto.
Pero ya estaban en tierra, pies en tierra. Las zapatillas rojas de él, a las cuales la alcantarilla había alcanzado al saltar del colectivo, ahora eran negras. Y la miró a ella, y ella, con las piernas largas y hermosas, ilustradas con pecas negras, como un dálmata indomable. Dicen que los dálmatas no son buenos, bueno, ella tampoco.
Así que con trípode y cámara en mano, corrieron y cuando menos él lo pensaba, terminaron en una colina cubierta por piedras, grandes y perfectamente imperfectas, imposibles de caminar sobre. Y aún así allí se sentaron, y ella tomando la cámara de él, se dispuso a sacar una foto al amanecer que allí nacía, dentro de los ojos de él. Hasta que se dio cuenta que otras tres ninfas de la noche estaban al lado de ellos y se disculpo por robar tal imagen.
Al instante por suerte, encontró otra a las espaldas de ellas y le dio click a la cámara. Y la magia de tal tecnología alcanzó a Evan, y él despertó.
Las ninfas rieron de la fotógrafa novata y compartieron consejos y secretos y frente a él, se desmontó el mejor de los desfiles.

Cuando ya el sol fue lo suficientemente claro, ella lo tomó de la mano y se sentó junto a él, mientras en el trípode acostado, crecía el pasto y lo enredaba al césped creciente (cual video de Keane).
Él la miraba, aún atónito y logró articular tres palabras:
- ¿Cómo te llamas?
- Analeigh. Y no, no me vas a volver a ver. Porque lo bueno siempre es corto, y prefiero que sea así, sin dolor y con sonrisas cada vez que nos recordemos.

Y la última imagen que Evan tenía de ella era de su falda corta y negra, de sus piernas encima de las de él, de sus labios carmín sonriendo en los de él, de sus manos en el cuello mordido de él, de sus pestañas haciéndole cosquillas y del colectivero sonriendo ante esas parejas que se forman en amaneceres borrascosos en la parte trasera de los colectivos.

Y todos esos recueros para jamás volverla a ver.

pd. http://www.youtube.com/watch?v=8yP3JGWVzFo

3 comentarios:

  1. (cual video de Keane)me ha hecho sacar una sonrisita.
    Ya se que es poco original de mi parte que te diga que lo que escribes es precioso (al igual que la canción que has recomendado) y me pregunto si los relatos que escribes tienen que ver con lo que te rodea o has creado un nuevo mundo.
    un beso ^-^

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  2. Hoy me puse a dar vueltas por blogspot (cosa que hace bastante tiempo no hacia), y recordé que este era uno de mis blogs favoritos en los que pasaba horas leyendo. Gracias por seguir aqui escribiendo :)

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  3. Cuántas veces, esas ninfas de la noche, aquellas del atardecer de terciopelo, nos han puesto en el aprieto más hermoso. En el amor evanescente, en el sitio que jamás ha existido.

    Abrazo y besos y abrazo de nuevo.

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