Querer que se dupliquen, tripliquen, cuatripliquen. Ni siquiera Movistar llegó a eso, pero vale la pena intentarlo. Aunque no hayan garantías ni nada ni nadie pueda asegurar que ésto vaya a llevar o llegar a algo. Hay algo, si, hay algo. Ésto tiene su alfabeto, tiene su alfa y su omega. Tiene su infinito. Será que los diarios de Miel son tan eternos como la esencia misma de un poema, canciones que erizan la piel no importa cuán cursi sean, charlas matutinas entre amigas que son impagables. No, no son chicas materiales ellas. Miel se sonreía por cualquier incoherencia, cualquier error ortográfico, cualquier chiste malo. Miel volvía a sonreír con esa sonrisita boba y tan tonta. Miel volvía a ser, ¿feliz?
Es que ésto le estaba gustando. Ésto la estaba ayudando a salir adelante. Ésto le daba razones suficientes para ser feliz, y es que ésto, ésto, ésto
no tiene nombre.
Pero aún así no le importa.
Porque Miel caía poquito a poquito en que se estaba enamorando. Pero ¡sh! Porque es tachado.
Ay miel, no te taches. Dejate ser!
ResponderEliminarhmm yo quiero "ésto" y lo busco pero no lo encuentro, tal vez es porque no lo necesito, qué sé yo, me parece excelente que la gente vuelva a "ésto" todos lo necesitamos de vez en cuando, como para "darnos cuenta", excelente entrada
ResponderEliminar:D muy bonito! <3
ResponderEliminarBonito bonito, muyyy bonito :)
ResponderEliminarlindo =)
ResponderEliminarQue no lo tache, que el amor se merece estar en mayúsculas para que cuando algo vaya mal, se acuerde de que éso también le ha dado buenos momentos.
ResponderEliminar¡Un beso!
Me alegro muchomuchito por Miel, aunque ella lo tache! ^_^
ResponderEliminarUn Besito!