Y tentaba, psicológica y físicamente. Tenerla a exactamente tres coma cero dos centímetros. Y sentir sus labios cada vez que su velocidad ganaba. Ay ay ay. Esos labios. Y las mordidas. Porque nuevamente esa negatividad irresistible de ella lo estaba volviendo loco.
- Dame un beso, p o r f a v o r -pedía él.
Y ella negaba con la cabeza y la sonrisa en el rostro, y los ojos divertidos y, apenas él se despistab: le mordía el cuello, o el cachete o la comisura del labio. Pero más que un leve roce en el labio él no lograba conseguir. Sonsacarle algo a ella era imposible. Pobre ladrón de besos inesperados, había encontrado a alguien que lo había frustado. Acorralada, y aún así no podía robarle ese beso entrecocido de lenguas enloquecidas del cual saía que ella era única dueña. Y cuando la dejo ir, luego de sesenta minutos con algunos segundos (creo que exactamente tre spares de segundos), ira e impotencia le irradiaban por las venas. Pero luego ella se lo chocó (luego de unos cuantos segundos), preguntó algo y él lo negó.
- ¿Tenes mi anillo? Me falta.
Y él la abrazó y le besó los labios pero ella no se negó. Entonces volvió a besarla y aunque sus labios no lo dejaban entrar, los besos se volvían más largos y largos y sucedió. La besó como antes y sintió el gusto mezclado de tictacs y cerveza y se le revolucionó el cuerpo y cada vez que ella se alejaba, él la volvía a acercar. Besos. De vuelta. Orgullo destruído, pared derrumbada, corazón que palpita tanto, tanto. Amor propio decía Agyness; curada de espanto Celeste, y Mora en Brasil, de viaje, librada de problemas.
No sabía cómo pero no podía dejar de besarla, y respiraban poco, un segundo, o una milésima de él porque ambos no podían detenerse; entre las sonrisas de ella y la desesperación de él, entre sucuerpo y la pared. La pared. "Yo se que te fascina la pared." Y ella no lo negaba y las venas se llenaban de... ¿pasión? Y ella divertida, y cada vez que podía, lo mordía.
- Ayay vampirita, no me hagas eso -susurraba él, sin poder despegarse de los magnéticos labios de ella.- Vampirita, no me muerdas...
Agyness & Celeste: Sin comentarios.
Mora: Aún sin cuestionar.
¿Veredicto de ustedes?
Mi veredicto es que yo quiero otro como él.
ResponderEliminar¿veredicto? que son monísimos.
ResponderEliminar¡un beso!
¡Apasionante!
ResponderEliminarme encanta! te sigo :)
Que escena! cuantos momentos tan pequeños, tan grandes.
ResponderEliminarregresare mas seguido a leerte.
un saludo en la lejania.
¡Yo también quiero un Edward Cullen, no es justo!
ResponderEliminarProbablemente Carolina te haga caso y deje de enviarle cartas pronto :)
Besazos <3
No me importa cuál, pero alguna que se agarre al albino así queda Kristen despejadita...
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